Chun Tae-il es un joven que vive en Seúl y que se encuentra atrapado en un círculo vicioso de desesperanza. A pesar de soñar con una vida mejor, sus expectativas parecen estar fuera de su alcance.
Pero todo cambia cuando se une a una sastrería y se da cuenta de que, si no hace algo, las condiciones laborales seguirán siendo muy pobres. Con un grupo de activistas, comienza a luchar por un futuro mejor para todos.
La película destaca por su mensaje de esperanza y lucha contra la desigualdad, temas muy relevantes en la sociedad actual. Además, la dirección de Hong Jun-pyo es excepcional, capturando la esencia de los personajes y transmitiendo la emotividad de la trama de manera magistral.
Es una película que nos hará reflexionar sobre la importancia de la lucha por nuestros derechos y por un futuro mejor para todos.
En palabras del director, su intención con «La llama de la esperanza» fue reflejar el esfuerzo de los ciudadanos surcoreanos por buscar unas mejores condiciones laborales.
«Quería centrarme en la imagen de un joven veinteañero que es como el hermano de cualquiera, más que en la imagen simbólica por la que es conocido como activista, y reinterpretar esta historia del pasado desde el punto de vista de un trabajador del presente».
La película nos invita a empatizar con Chun Tae-il y su lucha por un futuro mejor, un mensaje que nos puede inspirar en nuestras propias luchas por una sociedad más justa.